La historia detrás del personaje de Agustín Jaime, protagonista del corrido interpretado por Eulalio González El Piporro, es una mezcla de ficción y realidad. Agustín Jaime fue un hombre que murió en 1931 en una cantina en Saltillo, Coahuila, asesinado por un policía.
La versión popularizada por El Piporro narra que Agustín Jaime murió por amor; sin embargo, la realidad sugiere que su muerte estuvo relacionada con un escándalo de corrupción que quería exponer.
Según investigaciones, Agustín Jaime se oponía a un plan de fraude contra la Tesorería del Gobierno Municipal, donde trabajaba como escolta del cobrador. Al conocer el plan, fue asesinado por un pistolero, y sus restos descansan en el Panteón San Esteban.
El corrido, que se cree fue escrito por Eligio Alvarado y Bernardino y Estanislao Molina, tenía como objetivo consolar a la familia de Agustín y se fue modificando con el tiempo, agregando elementos que no corresponden con la realidad histórica.
La narrativa del corrido menciona que Agustín bajaba a caballo a ver a su “chata” por calle de Bravo, refiriéndose a una conocida calle de Saltillo, que corre en declive de sur a norte, atravesando el centro de la ciudad. La mención de esta vía en el corrido añade un elemento de autenticidad y localización específica que conecta la historia con un lugar real y conocido por los habitantes de Saltillo.
Es común que los corridos incorporen detalles geográficos reales para dar mayor credibilidad a la narrativa, aunque otros aspectos de la historia puedan ser ficcionalizados o embellecidos con el tiempo.
En el caso de Agustín Jaime, aunque algunos elementos del corrido puedan ser ficticios o exagerados, la mención de la “calle de Bravo” es un anclaje a la realidad que permite a los oyentes identificar un escenario concreto dentro de la historia cantada.
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