En un hito sin precedentes para la ciencia, la empresa biotecnológica Colossal Biosciences anunció este lunes 7 de abril de 2025 el nacimiento de tres cachorros de “lobo terrible” (Canis dirus), una especie que desapareció de la Tierra hace más de 10,000 años al final del Pleistoceno.

Este avance, calificado como la “primera desextinción funcional” por los expertos, marca un paso revolucionario en el uso de la ingeniería genética para recuperar rasgos de especies perdidas.
Los cachorros, dos machos de seis meses llamados Rómulo y Remo, y una hembra de dos meses bautizada Khaleesi, fueron creados a partir de ADN antiguo extraído de fósiles, incluyendo un diente de 13,000 años y un cráneo de 72,000 años.

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Utilizando la tecnología CRISPR, los científicos modificaron células de lobo gris moderno, introduciendo 20 alteraciones genéticas clave que reflejan características distintivas del lobo terrible, como su mayor tamaño —un 20% más grande que el lobo gris—, pelaje blanco y denso, y mandíbulas más robustas capaces de triturar huesos. Los embriones resultantes fueron implantados en madres sustitutas de lobo gris, dando vida a estos ejemplares en una reserva ecológica en el norte de Estados Unidos, cuya ubicación se mantiene en secreto.

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Beth Shapiro, directora científica de Colossal, explicó que no se trata de una recreación exacta del lobo terrible, sino de una versión funcional que incorpora sus rasgos principales. “Estamos devolviendo al mundo una pieza del pasado, adaptada al presente”, afirmó en una entrevista. Los cachorros, que ya muestran un comportamiento típico de lobos salvajes y un aullido más profundo que el de sus parientes modernos, están siendo monitoreados para estudiar su desarrollo y posibles aplicaciones en la conservación de especies actuales.

El “lobo terrible”, conocido por su papel en la cultura popular como inspiración de los huargos de Juego de Tronos, fue un depredador dominante en América durante la Edad de Hielo, cazando megafauna como bisontes y mamuts. Su extinción se atribuye a cambios climáticos y la desaparición de sus presas. Este experimento, sin embargo, no está exento de debate: mientras algunos celebran el avance tecnológico, otros cuestionan las implicaciones éticas de introducir organismos modificados en ecosistemas modernos.

Colossal Biosciences, valorada en 10,000 millones de dólares, planea aplicar esta tecnología a otros proyectos ambiciosos, como la desextinción del mamut lanudo y el tigre de Tasmania. Por ahora, el mundo observa con asombro y expectativa el regreso de estos “lobos terribles”, un eco del pasado que aúlla de nuevo en el presente.