Hace unos 15 años, un fraile agustino recorrió las calles de Ramos Arizpe sin imaginar que el destino lo llevaría a convertirse en el líder de la Iglesia Católica. Robert Francis Prevost, hoy Papa León XIV, visitó este municipio coahuilense como Padre General de la Orden de los Frailes Agustinos, dejando una huella imborrable en la comunidad de la parroquia de San Nicolás de Tolentino.
El padre Francisco Peña, expárroco de la iglesia, recuerda con entusiasmo aquellos días en los que convivió con el entonces líder agustino. “Era una persona cercana, con un compromiso social admirable y una entrega pastoral excepcional”, afirmó Peña, quien no ocultó su emoción al enterarse de la elección de Prevost como Papa. Para él, el perfil austero de León XIV y su dedicación a los valores de justicia y verdad lo convierten en el líder idóneo para guiar a la Iglesia en tiempos desafiantes.
Peña destacó la trayectoria de Prevost, marcada por el servicio y el trabajo comunitario, lo que le da confianza en que cumplirá con las expectativas del mundo católico. “Es un hombre preparado, con una vida entregada a los demás”, subrayó.
Otro testigo de la visita del ahora pontífice a México es el padre Roberto Velázquez Tetatzin, quien conoció a Prevost cuando aún era estudiante y diácono. Velázquez rememora con cariño las reuniones encabezadas por el fraile en el país, especialmente un encuentro en Tlalnepantla donde compartieron mesa.
“Nunca imaginé que aquel hombre sencillo que conocí se convertiría en Papa”, confesó el sacerdote, quien se unió a las celebraciones de la comunidad por el nombramiento de León XIV.
La noticia de que un Papa pisó suelo coahuilense ha llenado de orgullo a Ramos Arizpe. Aquel fraile que hace 15 años caminó entre los feligreses de San Nicolás de Tolentino hoy lleva sobre sus hombros la responsabilidad de guiar a millones de católicos desde el Vaticano, demostrando que, como dice el refrán, nunca se debe subestimar a un sacerdote.

Con información de 7 de Junio Digital