El Chelsea se coronó campeón del Mundial de Clubes 2025 tras vencer al PSG, pero detrás del trofeo hay una historia que mezcla fichajes compulsivos, reestructuración empresarial y la mente táctica de Enzo Maresca, el técnico italiano que transformó un equipo desbordado en una máquina de precisión.
Fichajes de casino: el riesgo como estrategia
Desde que el magnate estadounidense Todd Boehly adquirió el club en 2022, Chelsea ha gastado más de 1,600 millones de euros en 49 fichajes. El flujo fue tan intenso que llegaron a tener 42 jugadores en plantilla y hasta siete porteros. El club parecía más un mercado bursátil que un equipo de fútbol.
Durante el Mundial, el movimiento no cesó:
- Mudueke fue vendido al Arsenal por 60 millones.
- Gittens llegó desde Dortmund por 50 millones, aunque no podía jugar.
- João Pedro, fichado por 60 millones mientras vacacionaba en Río, anotó tres goles decisivos.
Maresca: el ajedrecista del banquillo
Contratado en 2024, Maresca heredó un vestuario caótico. Su enfoque: orden táctico, posesión racional y presión coordinada. Inspirado por el ajedrez, el técnico ajusta su estrategia según el rival. En la final contra el PSG, detectó debilidad en el flanco izquierdo y colocó a Cole Palmer y Malo Gusto para generar sobrecarga. Resultado: tres goles por esa banda.
Del caos al control
Maresca enfrentó críticas por su estilo de salida desde atrás. En abril, tras un empate ante Ipswich, se quejó de la presión del público que obligó a su portero a jugar en largo, lo que derivó en un gol en contra. Pero en la final, el pase largo fue la clave: “La solución nos la da el rival”, explicó.
Un título que redefine al Chelsea
La victoria en el Mundial de Clubes no solo representa un logro deportivo, sino también la consolidación de un proyecto que parecía condenado al fracaso. Maresca convirtió una plantilla desbordada en un equipo con identidad, y Chelsea se alza como el primer campeón del nuevo formato mundialista, con una narrativa que mezcla dinero, caos y genialidad táctica.