Uno de los episodios más trágicos y menos conocidos de la historia de México, ocurrió el 15 de mayo de 1911, durante la Revolución Mexicana. En un contexto de agitación política y social, la violencia desatada en Torreón resultó en la brutal matanza de aproximadamente 300 inmigrantes chinos, además de la destrucción de sus propiedades y negocios.
La presencia china en Torreón comenzó a finales del siglo XIX, cuando numerosos inmigrantes llegaron buscando mejores oportunidades. Se establecieron en la ciudad y prosperaron en diversos sectores económicos, especialmente en el comercio y la agricultura. Su éxito y el crecimiento de la comunidad provocaron recelos y resentimientos entre algunos sectores de la población local, exacerbados
por el nacionalismo y la xenofobia.
En mayo de 1911, las fuerzas revolucionarias, lideradas por Francisco I. Madero, se enfrentaron con las tropas federales del presidente Porfirio Díaz en Torreón. En medio de este caos, se propagaron rumores infundados sobre la supuesta colaboración de los chinos con las fuerzas federales, lo que avivó la animosidad hacia ellos.
El 15 de mayo, tras la retirada de las tropas federales, la ciudad cayó en manos de los revolucionarios y de un enardecido grupo de pobladores que, con odio racial, se lanzaron contra la comunidad china.
La violencia fue implacable. Hombres, mujeres y niños fueron sacados de sus hogares y negocios, y asesinados en las calles. Se saquearon y destruyeron propiedades y la prosperidad que la comunidad china había construido con esfuerzo fue aniquilada en cuestión de horas.
La brutalidad de los ataques dejó una cicatriz profunda en la ciudad y en la memoria histórica de México.
El gobierno de Francisco I. Madero, aunque triunfante, fue incapaz de detener la masacre y posteriormente no proporcionó justicia adecuada para las víctimas. A nivel internacional, el incidente atrajo condena y deterioró las relaciones diplomáticas entre México y China.
La masacre de la comunidad china de Torreón es un sombrío recordatorio de los peligros del racismo y la xenofobia. A pesar de ser una página dolorosa, su memoria es esencial para entender la complejidad de la Revolución Mexicana y los retos de la convivencia multicultural.
Actualmente, la comunidad china y torreonense han trabajado para reconocer y recordar este trágico evento, buscando construir un futuro más inclusivo y respetuoso de la diversidad.
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