La familia Castilla Galindo ha salido a defenderse a través de sus columnistas con diversos argumentos, lo que plantea una pregunta: ¿saben realmente qué está pasando, son mitómanos que se creen sus propias mentiras y buscan imponerlas como la verdad absoluta, o hay una posibilidad más peligrosa? ¿Acaso su abogado no les está diciendo la verdad?
Gerardo Verduzco les ha traído derrota tras derrota, haciendo crecer la deuda con intereses. Los únicos perjudicados son la familia Castilla Galindo.
Hoy leí la columna de un opinólogo de Vanguardia —no me pregunten su nombre, no lo recuerdo— que dice que “esperan que la Suprema Corte de la Nación atraiga el caso y que un recurso anule la sentencia”. Sin embargo, por documentos que nos han llegado, está claro: la Suprema Corte rechazó atraer el caso Vanguardia, y otro documento reciente indica que ese “recurso salvador” fue desechado.
Miembros de la familia Castilla Galindo afirman que “no existe deuda”, pero luego se contradicen diciendo “el dinero no se usó” y, a través de columnas, admiten “nos van a quitar el edificio”. Tengo casi la certeza de que no comprenden la magnitud del problema en el que están metidos.
Si no hay deuda, ¿por qué hipotecar y dejar en garantía todos sus bienes? Lo hizo el propio Armando Castilla Sánchez, con su esposa como aval. Y eso no es todo, el mismo abonaba mes a mes al préstamo pedido, su viuda e hijo dejaron de hacerlo.
Si el dinero no se usó, surgen dos cuestiones: primero, podrían enfrentar un problema legal por fraude; segundo, ¿por qué tener los bienes hipotecados desde 1994?
Los engaños continúan. Ahora el abogado les asegura que tardarán muchos años en entregar los bienes embargados. No es solo el edificio: es la casa de San Lorenzo de la señora Diana Galindo, la Quinta Dorada, Starbucks, Pour La France, el Hotel Misión y muchas propiedades más, casi todas embargadas. Si la deuda no se paga, podrían sufrir una ampliación del embargo y perderlo todo.
Gerardo Verduzco les dice que serán muchos años, la realidad es que este mismo año podrían despedirse de sus propiedades. ¿Lo sabe la familia Castilla Galindo? Tal vez Armando Castilla Galindo lo sepa, pero no sus hermanas y madre, socias de la empresa.
Nos han comentado que abogados serios advirtieron a Armando Castilla Galindo que este era el escenario real y que lo mejor era negociar. Sin embargo, el ego y la vanidad se lo han impedido. Lo que pudo ser perder algo, hoy puede significar perderlo todo.
Lo preocupante es que Gerardo Verduzco, maestro de la Facultad de Jurisprudencia, engañe a sus clientes por el amor a una iguala. Más alarmante aún es que esté mal formando a los futuros abogados de nuestra comunidad.
La lección es clara: elegir mal a tu abogado puede llevarte a la ruina.
