Este 22 de julio, el mundo del rock perdió a uno de sus pilares: Ozzy Osbourne falleció a los 76 años, dejando tras de sí una carrera marcada por la transgresión, la oscuridad y una autenticidad brutal. Desde sus inicios con Black Sabbath hasta su consagración como solista, Ozzy redefinió el heavy metal y lo convirtió en un lenguaje universal para los inadaptados, los rebeldes y los soñadores.

Las imágenes que hoy circulan en redes y medios son más que recuerdos: son fragmentos de una vida vivida al límite. Desde su juventud en Birmingham hasta su estrella en el Paseo de la Fama, pasando por momentos icónicos junto a Mötley Crüe, Marilyn Manson y su familia, Ozzy fue más que un músico: fue un símbolo.

Su legado no se mide en premios ni en ventas, sino en la forma en que transformó el dolor, la locura y la marginalidad en arte. En Nación Norteña, lo despedimos como se despide a los grandes: con respeto, con música y con memoria.


Especial visual del documental: Las nueve vidas de Ozzy Osbourne

🎸 Un recorrido fotográfico por la leyenda del metal

  1. El nacimiento del caos (1970)
    En una imagen sin datar, Ozzy aparece con Black Sabbath en sus primeros años. El grupo, formado por Tony Iommi, Geezer Butler, Bill Ward y Osbourne, posa con discos de oro en Londres. Es el inicio de una revolución sonora.
  2. La era del exceso (1980–1986)
    Fotografías junto a policías, palomas y murciélagos. Ozzy en plena gira, rodeado de controversia y fama. Su apodo “Príncipe de las Tinieblas” cobra vida en cada gesto, cada mirada.
  3. La familia Osbourne (2000s)
    Imágenes junto a Sharon, Kelly y Jack muestran su faceta más humana. El reality The Osbournes lo convirtió en ícono pop, sin perder su esencia rockera.
  4. Reconocimiento y legado (2002–2024)
    Desde su estrella en Hollywood hasta su inducción al Salón de la Fama del Rock & Roll, Ozzy se convirtió en leyenda viva. Fotos con Jack Black, Zakk Wylde y Robert Trujillo lo muestran como mentor y figura paterna del metal.
  5. El último rugido (2025)
    Su concierto de despedida en Birmingham fue más que un show: fue un ritual. Sentado en un trono, rodeado de Metallica, Guns N’ Roses y miles de fans, Ozzy cerró el telón con lágrimas y gratitud.