Como cada año, la ciudad de Saltillo se llena de fervor, colores y tradiciones con la celebración de la Fiesta Patronal del Santo Cristo de la Capilla, una de las festividades religiosas más emblemáticas de Coahuila. Este 6 de agosto, miles de fieles se congregan en la Catedral de Santiago, ubicada en el corazón del Centro Histórico, para honrar al Santo Cristo, una imagen venerada que ha unido a generaciones de saltillenses durante más de cuatro siglos.
Raíces históricas
La historia del Santo Cristo de la Capilla se remonta a 1608, cuando el comerciante Santos Rojo trajo la imagen desde Jalapa, Veracruz, según documenta el libro Historia de la Villa del Saltillo de Pedro Fuentes. Elaborada en pasta de caña de maíz, esta escultura de “mansas pupilas, negra cabellera y hermosas facciones” fue inicialmente resguardada en una capilla familiar en la casona de Rojo, contigua a la Catedral. La devoción creció tanto que la familia comenzó a recibir a feligreses, y en 1762, Josefa Báez de Treviño, nieta de Santos, donó parte de su herencia para construir la actual Capilla del Santo Cristo, concluida ese mismo año.
Una leyenda popular, aunque desmentida por documentos históricos, cuenta que la imagen llegó a Saltillo en el lomo de una mula que se detuvo frente a la Plaza de Armas el 6 de agosto de 1608, un hecho que los saltillenses interpretaron como un milagro y que influyó en la elección de esta fecha para la fiesta patronal, coincidiendo con la Transfiguración del Señor.
Tradición y sabor en las calles
Las calles Allende, Juárez, Hidalgo y Bravo se cierran al tránsito vehicular para dar paso a una vibrante verbena popular. Más de 550 puestos ofrecen antojitos mexicanos como tacos al pastor, elotes asados, tamales, gorditas y churros, preparados con recetas tradicionales que deleitaron a los asistentes. Artesanías, juegos mecánicos y artículos religiosos completaron la oferta, atrayendo a más de 50 mil personas, según estimaciones.

La danza de los matlachines, con sus coloridos atuendos y el resonar de tambores y cascabeles, añaden un toque folclórico, conectando a los presentes con una tradición centenaria.
Anécdotas que perduran
Una historia recordada ocurrió en 1858, cuando una severa sequía azotó Saltillo. Los fieles sacaron al Santo Cristo en procesión, y poco después, la lluvia llegó, un evento considerado milagroso por la comunidad. En 2020, la pandemia de Covid-19 obligó a realizar la fiesta de manera virtual por primera vez, pero los saltillenses demostraron su fe participando a través de transmisiones en redes sociales, un testimonio de la resiliencia de esta tradición.
Recientemente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó la existencia de varias coronas asociadas al Santo Cristo, un hallazgo que añade un nuevo capítulo a su rica historia. Además, en 2024, el INAH revisó la imagen, tomando fotografías para evaluar su estado tras la última restauración en 2004, asegurando su preservación para futuras generaciones.

Un símbolo de identidad
La Fiesta del Santo Cristo de la Capilla no solo es un acto de fe, sino también un pilar de la identidad saltillense. Como destacó el obispo Hilario González, esta celebración “une a la familia diocesana y atrae a fieles de todo el noreste de México”. Con más de 400 años de historia, esta festividad sigue siendo un reflejo de la devoción, la cultura y la alegría de Saltillo, una ciudad que cada 6 de agosto abre su corazón al Santo Cristo y a sus visitantes.